Mientras era adolescente muchas tardes las pasé en la zapatería de mis padres, detrás de un mostrador estudiando para el colegio y a la vez, observando a los clientes y escuchando conversaciones de adultos. El tema de los pies y las mujeres empezó a llamarme la atención y a lo largo de mi vida comencé a notar algunos patrones repetidos en los cuales fundamento esta entrada. Reconozco además, que no me gusta escudriñar mucho la ropa o los zapatos de las personas, porque me incomoda profundamente que otros lo hagan conmigo.
Existe una conexión con la sexualidad de las mujeres y los zapatos, esto no es una novedad. Pero creo haber podido ir más allá con mis observaciones. Existen casos en que por los zapatos, o por los pies las mujeres liberan sexualidad, esa que se reprimen ellas mismas o el entorno en el que les ha tocado nacer.
He visto mujeres extremadamadamente tímidas, sumisas o casi pacatas, con zapatos estrambóticos, excéntricos o extremadamente sensuales. El ejemplo más llamativo es posible verlo los domingos en las mujeres pentecostales o testigos de jehová con sus polleras oscuras debajo de las rodillas, en procesión por la calle, evangelizando almas perdidas.
Un ejemplo similar son las mujeres gitanas, ellas llevan el tema a la máxima potencia. Se casarán por arreglo, no por amor, pero tendrán los más variados y hermosos zapatos de taco aguja del mercado.
Otro caso opuesto y horroroso son las geishas, donde pareciera que ellas tienen prohibido liberar esa sexualidad por los pies. Niñas que van a ser prostitutas de alto nivel crecen con los pies comprimidos, para lograr tenerlos pequeñitos y atractivos para sus clientes. Espantoso, por los pies no podrán liberarse, su sexo será comercializado.
Existe una conexión con la sexualidad de las mujeres y los zapatos, esto no es una novedad. Pero creo haber podido ir más allá con mis observaciones. Existen casos en que por los zapatos, o por los pies las mujeres liberan sexualidad, esa que se reprimen ellas mismas o el entorno en el que les ha tocado nacer.
He visto mujeres extremadamadamente tímidas, sumisas o casi pacatas, con zapatos estrambóticos, excéntricos o extremadamente sensuales. El ejemplo más llamativo es posible verlo los domingos en las mujeres pentecostales o testigos de jehová con sus polleras oscuras debajo de las rodillas, en procesión por la calle, evangelizando almas perdidas.
Un ejemplo similar son las mujeres gitanas, ellas llevan el tema a la máxima potencia. Se casarán por arreglo, no por amor, pero tendrán los más variados y hermosos zapatos de taco aguja del mercado.
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