Cuando me refiero a amor, pienso en todos sus tipos. Erich Fromm describe cuatro: el fraternal, maternal, erótico y el religioso. De a poco, este blog se va llenando de historias que intentan abarcar a todos.

sábado, 29 de diciembre de 2012

Pequeños pies de loto

Mientras era adolescente muchas tardes las pasé en la zapatería de mis padres, detrás de un mostrador estudiando para el colegio y a la vez, observando a los clientes y escuchando conversaciones de adultos. El tema de los pies y las mujeres empezó a llamarme la atención y a lo largo de mi vida comencé a notar algunos patrones repetidos en los cuales fundamento esta entrada. Reconozco además, que no me gusta escudriñar mucho la ropa o los zapatos de las personas, porque me incomoda profundamente que otros lo hagan conmigo.

Existe una conexión con la sexualidad de las mujeres y los zapatos, esto no es una novedad. Pero creo haber podido ir más allá con mis observaciones. Existen casos en que por los zapatos, o por los pies las mujeres liberan sexualidad, esa que se reprimen ellas mismas o el entorno en el que les ha tocado nacer.
He visto mujeres extremadamadamente tímidas, sumisas o casi pacatas, con zapatos estrambóticos, excéntricos o extremadamente sensuales. El ejemplo más llamativo es posible verlo los domingos en las mujeres pentecostales o testigos de jehová con sus polleras oscuras debajo de las rodillas, en procesión por la calle, evangelizando almas perdidas.
Un ejemplo similar son las mujeres gitanas, ellas llevan el tema a la máxima potencia. Se casarán por arreglo, no por amor, pero tendrán los más variados y hermosos zapatos de taco aguja del mercado.

Otro caso opuesto y horroroso son las geishas, donde pareciera que ellas tienen prohibido liberar esa sexualidad por los pies. Niñas que van a ser prostitutas de alto nivel crecen con los pies comprimidos, para lograr tenerlos pequeñitos y atractivos para sus clientes. Espantoso, por los pies no podrán liberarse, su sexo será comercializado.

lunes, 10 de diciembre de 2012

"La reina de la corredera"

Salir a la orilla para morir llena de aire, esa era una de las ideas que hacía rato rondaba por su cabeza. Cuando se acercaba a la superficie para saborear el que sería el último bichito deglutado cayó en la trampa. El insecto tenía un anzuelo, había olvidado cómo diferenciarlo de los reales tal vez como parte del autoboicot que venía maquinando hacía un tiempo atrás.
Una fuerza inexplicable la tiró para la orilla pero luchó instintivamente con todas sus energías que se extinguieron rápido.Vencida, se dejó arrastrar. Una mano grande le sacó el anzuelo de la boca y la puso en el agua nuevamente.

Volvió a la corriente, pero se quedó ahí. Recordó haber observado cómo otras compañeras una vez que fueron tomadas por la mano no volvieron más al agua. Así que esperó a que el señuelo nuevamente rozara el agua. Y picó. Y esta vez no luchó por ir en contra. 

A los pocos minutos estaba nuevamente en el agua, no pudo morirse.

Nota transcripta del autor: "se quería morir y no la dejaron...lo intentó dos veces, estoy seguro que se debe haber arrepentido! jaja. Ahora debe tener unos 4 o 5 k y debe ser la reina de la corredera".