Cuando me refiero a amor, pienso en todos sus tipos. Erich Fromm describe cuatro: el fraternal, maternal, erótico y el religioso. De a poco, este blog se va llenando de historias que intentan abarcar a todos.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Náufrago

El mar estaba picado, ojalá se hubiese convencido una hora antes. Ya era demasiado tarde. Ese mediodía había salido a probar unas nuevas velas. Tenía que volver, lo esperaba su mujer y su hijita, tomando once seguramente a esa hora.
Una ola llenó el yate, se golpeó la cabeza y perdió la conciencia por unos minutos. Cuando despertó el  cielo estaba cerrado y la tormenta lo había tomado todo. TODO. Ya no pudo ver la costa.
Armó la balsa hexagonal, se metió dentro y abandonó su embarcación.
Pasó el tiempo ahí dentro, comió las provisiones del kit de supervivencia, y sin comida, se resignó. No supo cuánto tiempo transcurrió, si fueron dias o semanas.
Atontado por los gritos se asomó al exterior, donde decenas de periodistas sacaban fotos y buscaban las primeras declaraciones. No pudo decir absolutamente NADA.
La primer imagen que vió de él fue sorprendente, del otro lado del espejo lo miraba un anciano, blanco en canas, con el bigote con unos mechones oscuros y las cejas blancas.


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