En una tarde como hoy, no hubo un sólo agujero donde el viento no cupiese. Cada objeto inanimado se despertó de un letargo caliente y prolongado.
Las bolsitas enrroscadas en los alambrados vibran en tonos agudos y los elásticos sin usar de los acróbatas en tonos graves y ondulantes.
Los perros de grandes orejas lucen un nuevo look y las copas de los sauces parecen seductoras cabelleras de mujer. Inclinadas, esperan que las besen en el cuello.
Las puertas, reusaron a abrirse, y algunos cerrojos metálicos de portones cedieron a la corriente de aire dejando que unos pocos espectros atrapados en los patios, salieran a dar una vuelta.
Los eucaliptos despojados, perdieron sus rojas cortezas y las personas, realizan la misma rutina de todos los sábados por la tarde, pero con los ojos entrecerrados.
Las bolsitas enrroscadas en los alambrados vibran en tonos agudos y los elásticos sin usar de los acróbatas en tonos graves y ondulantes.
Los perros de grandes orejas lucen un nuevo look y las copas de los sauces parecen seductoras cabelleras de mujer. Inclinadas, esperan que las besen en el cuello.
Las puertas, reusaron a abrirse, y algunos cerrojos metálicos de portones cedieron a la corriente de aire dejando que unos pocos espectros atrapados en los patios, salieran a dar una vuelta.
Los eucaliptos despojados, perdieron sus rojas cortezas y las personas, realizan la misma rutina de todos los sábados por la tarde, pero con los ojos entrecerrados.
http://elblogdeguacolda.blogspot.com.ar/2009/09/caminar-la-ciudad-dormida.html
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